Los 6 tipos de perfeccionismo más comunes
El perfeccionismo es un arma de dos filos. Por un lado, los tipos de perfeccionismo pueden llevarte a hacer un trabajo de gran calidad y a desempeñarte en los niveles más altos; y por el otro, pueden volverte auto-crítico, demandante con los demás y aumentar tu estrés y ansiedad por la auto-imposición de metas demasiado altas. Por eso es importante entenderlos para poder gestionarlos.
Los diferentes tipos de perfeccionismo
Décadas de estudio en el tema han detectado que el perfeccionismo viene en “distintos sabores”, es decir, hay diferentes tipos y manifestaciones de éste, y que de una u otra manera, todos podemos llegar a presentarlo.
Los 6 tipos de perfeccionismo más comunes son:
1. El “10” sobresaliente: Este tipo de perfeccionismo se caracteriza porque busca sacarse 10 en todo. Desde pequeños, estos perfeccionistas quieren ser la nota más alta, el primer lugar o sobresalir dónde quiera que estén.
2. El evaluador de precisión: Al iniciar un proyecto este perfeccionista tiene una idea en su mente del resultado final, pero cuando ejecuta la idea, el resultado lo decepciona y sufre un alto nivel de frustración.
3. El perfeccionista Pinterest: Este perfeccionismo se distingue por la repetición continua de tareas que nunca se concretan. Las redes sociales han contribuido a incrementar el perfeccionismo al establecer estándares irracionales de la realidad (lo que tú ves fácil, le tomó a alguien años de práctica).
4. El evasor de riesgos: Se distingue por el miedo a tomar riesgos y por la tendencia a evadir cosas difíciles; lo que dificulta su crecimiento y su desarrollo de nuevas habilidades.
5. El perfeccionista controlador: Tiene una autoimagen de alguien brillante, talentoso y exitoso. Presenta una excesiva preocupación por la opinión de los otros y su imagen es tan importante que no intenta cosas nuevas porque la ponen en riesgo.
6. El perfeccionista procrastinador: Para ellos es mucho mejor no entregar a fallar. Es la típica persona que no publica lo que escribe o no exhibe lo que pinta, por miedo a confirmar que no es tan bueno como creía. Este tipo de perfeccionismo te puede hacer perder oportunidades importantes en la vida.
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Estrategias para gestionar el perfeccionismo
- Ajusta tus estándares por nivel de acuerdo a tus necesidades para evitar el desgaste continuo:
- Nivel 1– Es necesario hacer las cosas pero no necesariamente hay que hacerlas bien. Ejemplo: tender la cama al aventón, no pasa nada si un día se queda con una arruga.
- Nivel 2– Son cosas que se necesitan hacer un poco mejor y requieren cierto estándar. Ejemplo: Redactar un mail para solicitar algo a un colega.
- Nivel 3– Requiere un nivel superior de esfuerzo porque hay consecuencias negativas naturales. Ejemplo: Prestar atención y checar los datos en las facturas que elaboras.
- Nivel 4 – Más tiempo y esfuerzo, más complejo porque hay consecuencias más severas. Ejemplo: Revisar un memo que contiene instrucciones que afectan el desempeño de tu equipo.
- Nivel 5 – Hay algo crítico e importante en juego. Por ejemplo: Ensayar y cuidar cada detalle de la presentación ante un cliente que representa el 70% del negocio.
2. No perderse en el detalle y mantener el foco en el big picture. Esto se logra haciéndose preguntas como:
- ¿Estoy usando mi tiempo sabiamente?
- ¿Soy productivo?
- ¿Maximizo el impacto que puedo causar?
- ¿Estoy sudando las cosas pequeñas?
- ¿Cuál será el retorno de mi tiempo y de mi esfuerzo en esta tarea?
3. En vez de dar vueltas y revisar una y otra vez tu trabajo, haz un checklist de las cosas que piensas que te permitirán entregar un trabajo de calidad y cúmplelo. Por ejemplo: revisar que las cifras cuadren, corregir errores, revisar la ortografía, explicar mi racional en dos oraciones, dar formato, etcétera.
Como la mayoría de las cosas en la vida, el perfeccionismo no es blanco ni negro, sin embargo, vale la pena avaluar cómo reaccionas ante él y qué repercusiones trae a tu vida. Si sientes que se apodera de tus actividades y que el estrés te consume, puede ser momento de un análisis interno y de establecer las medidas de gestión adecuadas.
Referencias:
-Gemert, L. (2019)Perfectionism: A Practical Guide to Managing “Never Good Enough”. Gifted Guru Publishing.
-Knight, R. (2019) How to Manage your Perfectionism. Harvard Business Review
-Swider, A. (2018) The Pros and Cons of Perfectionism. Harvard Business Review.