¿Qué tan buena es la comparación social?
Explorando nuestros hábitos modernos, la ciencia nos ha confirmado (1) que uno de los mayores ladrones de felicidad es la comparación social. Sobre todo cuando no se hace adecuadamente y se exagera por el efecto de las redes sociales.
La comparación social es un concepto que nace en los años 50’s y que nos explica como todos los seres humanos necesitamos evaluar de alguna manera cómo va nuestro desempeño en la vida en relación con las otras personas que conocemos.
Dos maneras tóxicas de usarla
La primera es cuando la usas en exceso. Como todo en la vida, las cosas se vuelven nocivas cuando abusamos de ellas, y si continuamente te estás comparando con otros, se pueden convertir en obsesión. Si te importa demasiado lo que opinen los demás, te importa mucho cómo se ve tu vida hacia “afuera” o tomas decisiones para impresionar a los demás, estás en riesgo de perder tu centro y tu autenticidad.
La comparación social es sólo un punto de referencia, no la norma que aplica para todos. Si sientes que alguien está mucho más adelantado que tú en un aspecto, recuerda que el experto en tu vida siempre serás tú y todos tenemos diferentes ritmos y circunstancias.
Además de los excesos, el segundo factor es el “benchmark” o el punto de referencia contra el cual nos estamos comparando. Hoy por hoy las redes sociales nos están impidiendo el compararnos contra un punto honesto y transparente. La mayoría de los “post” que vemos no lo son, están editados de cierta manera, no son realistas o marcan estándares de belleza y estilos de vida que no son alcanzables para la población promedio, y generan una presión de grupo innecesaria, sobre todo en los adolescentes.
De hecho hay estudios (2) que han comprobado los efectos negativos que tiene el uso excesivo de las redes sociales para el autoestima y su relación con la infelicidad, la depresión y las emociones negativas. Y lo peor del caso es que te acabas sintiendo mal, por algo que muchas veces no refleja la realidad en su totalidad, ya que las personas son como icebergs: sólo se puede ver la punta y no todo lo que hay debajo. Por ello, resulta nocivo realizar comparaciones de este tipo.
Lo mejor que puedes hacer es monitorear tu uso de redes sociales y lo que aportan a tu vida. Registra cuánto tiempo pasas en tus redes al día, ¿qué sentimientos te generan? ¿qué pensamientos sobre tu vida vienen a tu cabeza? ¿Cómo te sientes al seguir a ciertas personas? Lo más sabio es que uses tus redes de manera consciente y por un tiempo limitado al día.
Otra buena idea es planear bloques de tiempo libres de redes o bloques de desintoxicación (pueden ser bloques de una hora, 1 mañana, 1 día, etcétera) y usar esos espacios haciendo algo que te acerque más a tus metas o a tus sueños o te haga sentir más feliz, pleno y satisfecho con tu vida y tus relaciones presenciales.
Comparar puede ser saludable
Como somos seres sociales, compararnos de cierta manera es algo natural y necesitamos esos elementos externos para poder formarnos un juicio sobre nuestra propia situación y hacer los ajustes que consideremos necesarios en base a nuestras propias prioridades.
“La comparación social es útil cuando se utiliza para la auto-mejora y el crecimiento”.
Si quieres aprovechar los beneficios de la comparación social desarrolla el hábito de observar e identificar en las personas sus rasgos más edificantes y positivos; los humanos aprendemos mucho por imitación y rodearte de buenos ejemplos o personas nobles con convicciones y valores fuertes te mantendrá en crecimiento.
Aprende también sobre Los 6 pilares de la autoestima.
Tips para una práctica saludable:
En resumen, somos seres sociales y necesitamos la comparación social para saber cómo va nuestro “marcador” en la vida, siempre y cuando la usemos adecuadamente. Para ello, puedes aprender a usarla de dos maneras diferentes:
Comparación hacia arriba
Busca personas que admires y que te inspiren. No hay seres humanos perfectos, pero seguramente hay personas que están obteniendo buenos resultados en un área que te interese desarrollar.
El compararte para arriba de manera regular te puede ayudar a mantener un nivel sano de ambición y alto desempeño. No sólo en el plano material, sino en el plano profesional y personal. El contar con modelos aspiracionales te mantiene motivado y funciona como una buena guía para darle forma a tus sueños y visualizar cómo serán al hacerlos realidad.
Comparación hacia abajo
En los momentos en que te sientes derrotado o desafortunado, vale la pena echar un vistazo a aquellas personas que por el momento tienen una situación menos privilegiada que tú o que han tenido destinos menos afortunados.Este tipo de comparación te sirve para apreciar la buena fortuna que tienes y practicar la gratitud.
A final de cuentas la vida da muchas vueltas y todo pasa, tanto lo bueno como lo malo. Por eso mirar para arriba te mantendrá humilde y consciente de que siempre hay espacio para crecer y cosas por hacer. Y mirar hacia abajo te mantendrá agradecido y te ayudará a valorar lo que tienes en el presente.
En resumen, es mejor no identificarse con lo que se ve en redes sociales, ya que estas perspectivas de vida suelen estar incompletas. Por otro lado, inspírate y motívate en la vida de personas exitosas o que hayan alcanzado algún sueño que sea importante para ti. Esto no sólo te permitirá aprender, sino que te mantendrá en el camino de alcanzar tus metas.
Referencias:
1. Nortje, A. (2020). Social Comparison: An Unavoidable Upward Or Downward Spiral. PositivePsychology.com
2. Vogel, E., Rose, J. & Roberts Lindsay. (2014). Social comparison, social media, and self-esteem.