¿Trabajo, carrera o vocación?
“Los músicos deben de hacer música, los ingenieros deben construir y cada hombre debe de hacer aquello que es capaz de hacer para que de esta manera pueda alcanzar su máximo potencial, aquello para lo que está hecho”, dijo Abraham Maslow. Y cuando habló de esto, habló de vocación.
Dentro de las necesidades básicas de los adultos está la de sentir que nuestro trabajo hace una diferencia en nuestro contexto. Amy Wrzeniewski de “Yale School of Management”, ha investigado el significado y el propósito del trabajo desde hace varios años. Su teoría propone que el significado y el propósito que encontramos en el trabajo no tiene tanto que ver con nosotros a nivel personal, o con el tipo de trabajo que realizamos. Más bien, tiene que ver con el tipo de relación que establecemos en nuestro trabajo.
Ella distingue tres diferentes tipos de relaciones:
El trabajo como un trabajo
Esta relación surge cuando se considera que el trabajo es sólo un medio que satisface otras necesidades principalmente económicas. Bajo este enfoque, el trabajo no es una cuestión de elección, sino más bien de necesidad y la satisfacción que encontramos en él, tiene que ver más con lo que nos ayuda a obtener. La motivación es completamente externa al trabajo y a las tareas que lo conforman. Si mantenemos este tipo de relación con nuestro trabajo, jamás se volverá una fuente de alegría y satisfacción.
El trabajo como una carrera
Una carrera se puede considerar como una sucesión de éxitos que le da continuidad y dirección a nuestros esfuerzos. Resulta importante para nuestra seguridad y autoestima, porque una carrera nos brinda la oportunidad de ser reconocidos con alguna promoción o crecimiento que nos permite tener un mejor sueldo, un mejor estatus o jerarquía.
En este tipo de relación con el trabajo, la motivación sigue estando afuera de nosotros y se puede correr el riesgo de que las recompensas no lleguen en el tiempo y en la forma que esperamos. Si tu identidad personal está ligada principalmente con tu éxito profesional, cualquier altibajo en tu carrera te afectará profundamente.
El trabajo como una vocación
Al ligar el trabajo con nuestra vocación y darle un significado más trascendental; encontraremos la mayor fuente de motivación no sólo en la paga, sino en el trabajo mismo y en aquello en lo que nos convierte.
Aquí algunas preguntas para ligar tu trabajo con tu vocación:
- ¿De qué manera mi trabajo actual contribuye a mi propósito de vida y a mis aspiraciones futuras?
- ¿Cómo está contribuyendo el trabajo que hago a que mi área, mi comunidad o el mundo sean mejores?
- ¿Cuando me siento más “yo” en mi trabajo? ¿Cuándo me siento más vivo?
- ¿Qué parte de mi trabajo me permite usar mis fortalezas y talentos?
- ¿Que parte de mi rutina diaria es la que más disfruto?
- ¿Qué habilidad me gustaría mejorar o llevar al nivel de maestría?
- ¿En qué parte de mi trabajo tengo la oportunidad de hacerle mejor el día a alguien?
- En dos años ,¿cómo me gustaría ser recordado? ¿Qué legado me gustaría dejar con mi trabajo y mis interacciones?
Haciéndonos estas preguntas, podremos encaminar nuestra labor hacia el camino de la vocación, la cual también se caracteriza por dejar huella o un impacto importante en los demás. Recuerda que el ser humano se siente más realizado cuando contribuye a su sociedad o a los demás con su trabajo.
Fuentes:
– Positive Psychology a Practical Guide -Bridget GreenVille – Cleave
– A Theory of Human Motivation – Abraham Maslow